Una situación de emergencia médica se puede presentar en cualquier momento, en cualquier lugar y en cualquier persona, nadie está exento de vivirlo en carne propia o de ser testigo presencial de este tipo de situaciones. Cuando uno mismo es quien experimenta la emergencia, seguramente desearía que las personas que están cerca, puedan ayudarlo brindando adecuadamente los primeros auxilios porque de eso puede depender nuestra vida; por otro lado, cuando uno es testigo de una emergencia médica, también quisiera tener el conocimiento básico y el aplomo para poder ayudar a otra persona como gesto supremo de altruismo, sin embargo, ¿realmente sabemos brindar primeros auxilios? ¿sabemos a ciencia cierta, que los primeros auxilios salvan vidas?
En un edificio o condominio, donde conviven muy de cerca muchas personas, debería ser una norma básica de convivencia, el hecho de saber cómo brindar primeros auxilios, así como el hecho de brindarlos oportunamente a quien los necesite. Esta tendría que ser una ventaja de compartir espacio con muchas personas al mismo tiempo, sin embargo, el tema no solo radica en saber brindarlos, sino también tener toda una gestión implementada alrededor, tal cual se detalla a continuación.
Previo a vivir una situación de emergencia médica y poder brindar los primeros auxilios a las personas que residen en un edificio o condominio, lo recomendable es:
- Contar con un botiquín o maleta de primeros auxilios que se encuentre fija en un sitio (usualmente en la recepción) y al mismo tiempo, que contenga lo mínimo necesario para poder atender una emergencia médica: collarín cervical; mascarilla de RCP; apósitos; gasas simples; gasas adhesivas; pinzas hemostáticas; tijeras de mayo; vendas de 2”, de 4”, de 6”; cabaestrillo; férulas de inmovilización; alcohol; suero fisiológico; entre otros.
- Contar con una camilla rígida en un punto fijo de la propiedad, para ser usada ante situaciones de emergencia relacionadas a traumatismos especialmente.
- Tener una brigada de primeros auxilios, que no es otra cosa que un grupo de 3-5 personas que vivan en el edificio o condominio, que sean las encargadas de acudir a la emergencia médica cuando esta suceda y brindar efectivamente los primeros auxilios. Idealmente estas personas deben tener nociones de primeros auxilios o tal vez, haber llevado cursos de primeros auxilios y sin son personal de salud, mejor aún. De preferencia deberían ser adultos jóvenes y en su mayoría varones porque muy probablemente se necesite cargar o trasladar personas de un lugar a otro.
- Se debe contar un protocolo o flujograma básico de actuación, para que todos sepan qué hacer ante una emergencia médica, iniciando desde la comunicación inicial (si se hace por llamada telefónica, por whatsapp, por intercomunicador), hasta la llegada del personal médico o el traslado a un establecimiento de salud.
- Tener mapeados los establecimientos de salud más cercanos al edificio o condominio (ya sean públicos o privados), para saber donde trasladar a la persona con la emergencia médica, para de esta manera ahorrar tiempo, el cual es vital en una emergencia. Por otro lado, se deben tener también mapeados los números de contacto de ambulancias, incluyendo las del SAMU y de los bomberos, esto en aras de no estar buscando los números recién en el momento de las emergencias.
Teniendo estos puntos definidos previamente, ya podemos avocarnos al tema de primeros auxilios. Ante una situación de emergencia médica que se pueda presentar en un edificio o condominio, se recomienda siempre aplicar el siguiente protocolo, el cual inicia apenas llegan el o los socorristas (que deberían ser la brigada de primeros auxilios como lo hemos dicho anteriormente):
- Proteger o asegurar la zona: no se puede atender a una persona, poniendo en peligro la propia vida del socorrista, por lo tanto, antes de atender a una persona, el socorrista debe asegurarse que la zona es segura, por ejemplo: si es una persona quemada, no se puede atender cerca de las llamas; si es un accidente producto de una explosión, no se puede atender cerca de la fuente de la explosión. Para esto, antes de atender se necesita mover al accidentado (usando la camilla) a un lugar seguro, donde tanto el accidentado como el socorrista, no corran peligro.
- Hacer la llamada de emergencia: prácticamente al mismo tiempo del punto anterior, es necesario que una persona haga la “llamada de emergencia” al servicio de ambulancia que corresponda. Al momento de hacer la llamada, se debe explicar claramente la situación, los datos generales del accidentado (género, edad aproximada) y la dirección de donde llegar. Siempre la llamada deber ser primero antes de atender al accidentado, nunca después porque se pueden perder minutos cruciales para la vida.
- Atender: una vez que se ha cubierto los dos puntos anteriores, recién se puede atender a la persona que está sufriendo la emergencia médica, pudiendo ser está un ataque cardiaco, un traumatismo múltiple, un atragantamiento, un paro cardiorespiratorio, hemorragias, entre otros. Aquí es importante saber brindar los primeros auxilios de manera adecuada, con técnicas que de todas maneras tienen que ser aprendidas y practicadas previamente, tales como la RCP (reanimación cardiopulmonar), maniobras de Hemlich, vendajes para luxaciones, aplicación de férulas para fracturas o esguinces, colocación de collarín cervical, entre otros. La atención se debe detener cuando llega el personal de salud especializado, antes no.
En lo posible siempre se debe brindar los primeros auxilios en el sitio donde ocurre la emergencia (con las consideraciones mencionadas anteriormente), sin trasladar a la persona en un vehículo particular, ya que de esta manera se ganan minutos vitales para la vida de la persona. Trasladar a alguien en un vehículo particular, debería ser la última opción siempre, ya que representa un riesgo mayor.
Ayudarnos mutuamente puede hacer que la convivencia en un edificio o condominio mejor ostensiblemente. Recordemos que esa persona en emergencia puede ser nuestro vecino o vecina, pero también podría ser nuestro hijo, esposo(a), padres o hermanos y los primeros auxilios pueden ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Luis Paz Alcántara
Gerente General
Prae Service